
Mascotas en la Catedral de Exeter: el hogar de la que podría ser la puerta para gatos más antigua del mundo
Una puerta de la Catedral de Exeter podría ser la entrada para mascotas más antigua de la que se tiene registro. (Facebook/Exeter Cathedral)Una puerta de la Catedral de Exeter, en Inglaterra, uti...
Una puerta de la Catedral de Exeter podría ser la entrada para mascotas más antigua de la que se tiene registro. (Facebook/Exeter Cathedral)
Una puerta de la Catedral de Exeter, en Inglaterra, utilizada para resguardar el mecanismo del reloj astronómico, guarda una importante historia. A sus pies, existe un pequeño agujero, que podría ser considerada la entrada para gatos más antigua de la que se tiene registro.
Detrás de la puerta se encuentra el complejo mecanismo del reloj que, antiguamente, era lubricado con grasa animal, que frecuentemente atraía a cientos de roedores.
Para acabar con la plaga, el obispo llegó a una curiosa conclusión: pagar a un grupo de carpinteros para que abrieran un agujero en la puerta que le permitiera a su gato el acceso al mecanismo del reloj.
Trabajos gatunos del siglo XIV
La catedral tiene registro de 1598 sobre un pago a un carpintero para abrir el agujero en la puerta. (Instagram/kittyvisions)La Iglesia Catedral de San Pedro en Exeter, mejor conocida como la Catedral de Exeter, es un edificio religioso cuya construcción finalizó alrededor del año 1400 y es la sede del obispo de la ciudad con el mismo nombre. Cuenta con varias características notables como su reloj astronómico, utilizado para mostrar información sobre las posiciones relativas del sol y la luna.
Los visitantes de la iglesia notaron que a sus pies se encuentra un agujero que, a simple vista, no sirve ningún propósito. Sin embargo, guarda una historia increíble, ya que podría ser la puerta para gatos más antigua de la que se tiene registro y que aún sigue en uso.
Diane Walker, historiadora de la catedral, declaró para el medio británico Daily Mail, que existen registros de 1598 sobre un pago del entonces obispo a un grupo de carpinteros, quienes recibieron la orden de perforar la puerta del reloj astronómico.
“Tenemos un registro que dice que hubo un pago de ocho peniques a unos carpinteros para que hicieran un agujero en la puerta para el obispo Cotton, quien estuvo a cargo de 1598 a 1621″, dijo Walker.
Relata que en ese entonces, el dueño del gato recibía el pago de un centavo a la semana para que su mascota mantuviera a raya a las molestas plagas que pudieran invadir el mecanismo del reloj astronómico.
Walker añadió en entrevista para el medio Hyperallergic que la idea de que un gato cazara los ratones del mecanismo del reloj de la catedral de Exeter sirve para re imaginar la canción infantil inglesa “Hickory, Dickory, Dock”, que cuenta la historia de un ratón que huye al interior de un cronógrafo, y para creer que está basada en esta misma puerta.
“La historia normalmente se ilustra con la imagen de un ratón corriendo por el exterior de un reloj de caja larga; pero tiene mucho más sentido que la idea de un roedor huyendo sobre un cronógrafo esté asociada con un mecanismo antiguo, como el de la Catedral de Exeter, donde los engranes originales incluían líneas de pesas que facilitaban el ascenso de un animal atraído por el sebo lubricante”, dijo Walker.
A más de 400 años, la puerta sigue en uso, pues Audrey, una de las gatas de la catedral ha sido observada entrando una y otra vez al mecanismo del reloj.
La tradición gatuna de Exeter
Stapledon es un gato blanco con negro que vive en la catedral (Facebook/Exeter Cathedral)Personal de la catedral continúa con la tradición de albergar gatos, siendo Stapledon uno de los que mantienen a la plaga de ratas y ratones alejada, además de servir como compañía para los trabajadores y visitantes.
Su nombre es fruto de una larga tradición que se inspira en los monumentos y lápidas que se encuentran dentro de la catedral. Fue nombrado en honor a Walter Stapledon, quien fue obispo de Exeter hace más de 700 años, según un boletín informativo de la iglesia.
El obispo Stapledon se ganó una fama negativa por aumentar los impuestos exigidos a la población, misma que lo decapitó e incendió su hogar. Su cabeza fue enviada a la reina, quien la trasladó junto a su cuerpo a la Catedral de Exeter para su entierro.